La Riviera Francesa es, sin duda, una de las regiones más hermosas y cautivadoras de Francia. Su costa dramática y escarpada alberga pueblos costeros llenos de color, aldeas encaramadas en colinas con vistas panorámicas al mar, y una cocina regional exquisita que deleita a todos los paladares.

La Riviera Francesa es conocida principalmente por sus ciudades glamurosas como Cannes y Niza, así como por sus encantadores pueblos en los acantilados, como Èze y Saint-Paul-de-Vence. Sin embargo, más allá de estos destinos tan populares, existen muchos lugares más tranquilos y menos conocidos que invitan a ser explorados.

Ya sea que tengas en mente pasar tus vacaciones haciendo turismo, recorriendo la región en coche, o simplemente relajándote junto al mar, la Riviera Francesa es un destino ideal que combina belleza natural, historia y lujo a partes iguales.

Para este artículo, hemos consultado a varios amigos y bloggers de viajes que nos han compartido sus lugares favoritospara visitar en la Riviera Francesa. Desde los puntos de interés más conocidos hasta las atracciones menos populares, aquí te presentamos una lista de los mejores lugares de la Riviera Francesa.

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Los mejores lugares de la Riviera Francesa

Si te estás preguntando dónde ir y qué hacer en la Riviera Francesa, esta lista de los mejores lugares para visitar te puede servir de inspiración para tus próximas vacaciones:

Hyères Islands

Las Îles d’Hyères son un archipiélago compuesto por tres islas principales: Porquerolles, Port-Cros y Le Levant. Estas islas francesas se encuentran frente a la ciudad de Hyères, en el extremo oeste de la Riviera Francesa.

Las Islas de Hyères son famosas por su clima suave y por la diversidad de sus paisajes terrestres, marinos y submarinos. Cada una de las tres islas tiene su propio carácter y encanto, ofreciendo opciones para todo tipo de vacaciones.

  • Porquerolles es ideal para los amantes del senderismo, los días de playa, el ciclismo y el snorkel. Aquí se encuentra una de nuestras playas favoritas de la Riviera Francesa, la Plage de Notre Dame, con sus aguas cristalinas y arenas finas que invitan a relajarse.
  • Port-Cros es la isla más salvaje y mejor preservada de las Islas de Hyères. En esta isla, donde no se permiten coches ni bicicletas, se encuentra el Parque Nacional de Port-Cros, un lugar perfecto para los aficionados a las caminatas. La isla cuenta con numerosos senderos bien señalizados que permiten explorar su naturaleza virgen.
  • Le Levant es conocida como un paraíso naturista, y alberga el famoso Domaine Naturiste de Héliopolis. Esta isla es un destino único para quienes buscan disfrutar de la naturaleza en un ambiente de total libertad.

Cada una de estas islas ofrece una experiencia única, adaptada a diferentes gustos y estilos de vida, haciendo de las Îles d’Hyères un destino imprescindible en cualquier visita a la Riviera Francesa.

Villa Ephrussi de Rothschild (Saint Jean Cap Ferrat)

La Villa Ephrussi de Rothschild se encuentra en una posición privilegiada sobre las aguas turquesas de Saint Jean Cap Ferrat, en la Riviera Francesa. Esta elegante villa, de estilo renacentista francés, fue construida por Béatrice Ephrussi de Rothschild, miembro de la acaudalada dinastía bancaria, tras su amargo divorcio de Maurice Ephrussi.

Béatrice vivió en esta hermosa villa rosa y blanca hasta principios de la década de 1920, cuando, en su testamento, decidió legarla al Instituto de Francia para que fuera utilizada como un museo de bellas artes.

Aunque el diseño de la villa, su exquisito mobiliario y las valiosas pinturas que alberga son verdaderas joyas, lo que realmente atrae a los visitantes hoy en día son sus nueve jardines. Estos jardines, que fueron la gran pasión de Béatrice, están inspirados en sus viajes internacionales y ofrecen una diversidad asombrosa, desde flores europeas hasta cactos del desierto y palmeras mediterráneas.

Los senderos serpentean a través de las áreas de plantación, pasando por estatuas de mármol, mientras que las fuentes de agua se activan cada 20 minutos y «bailan» al ritmo de música clásica, añadiendo un toque mágico a los ya gloriosos jardines.

Antes de marcharte, es imprescindible que te acerques al restaurante ubicado en el comedor de Béatrice, donde podrás disfrutar de un almuerzo o un té de la tarde con vistas a las montañas distantes y al brillante mar. Es la manera perfecta de culminar tu día en la impresionante Villa Ephrussi de Rothschild, un lugar que combina arte, historia y naturaleza de una manera sublime.

Saint-Paul-de-Vence

Saint Paul de Vence - France

Ubicado a poca distancia tierra adentro desde la costa de la Riviera Francesa, se encuentra el encantador pueblo medieval de Saint Paul de Vence, situado en lo alto de una colina rodeada de olivos. Este pueblo amurallado ha ganado fama a lo largo de los años por ser un lugar de inspiración y retiro para artistas como Marc Chagall (quien está enterrado en el cementerio del pueblo) y Henri Matisse.

Aún hoy, Saint Paul de Vence conserva un ambiente artístico inconfundible, con pequeñas galerías de arte boutique escondidas en sus estrechas callejuelas, esperando ser descubiertas por los visitantes.

La mejor manera de apreciar la auténtica belleza de Saint Paul de Vence es recorrer sus antiguas murallas, que se mantienen en pie a pesar del tiempo, y disfrutar de las vistas panorámicas del valle que rodea al pueblo. Es posible caminar casi toda la circunferencia de las murallas, lo que permite sumergirse en un entorno romántico y pintoresco.

Una visita al pequeño cementerio del pueblo es también una experiencia que vale la pena, donde podrás detenerte en la tumba de Marc Chagall y disfrutar de unas vistas impresionantes que se extienden hasta la costa.

Los amantes de los perfumes no pueden dejar de hacer una parada en la Maison de Parfums Godet en la Rue Grande. Este lugar pintoresco, que también fue un favorito de la musa de Henri Matisse, ofrece una experiencia sensorial única en un entorno lleno de historia y belleza.

Saint Paul de Vence es más que un simple destino turístico; es un viaje al corazón del arte, la cultura y la naturaleza, donde cada rincón cuenta una historia.

Château de la Napoule (Mandelieu-la-Napoule)

El Château de la Napoule es uno de los castillos más hermosos del sur de Francia. Esta antigua fortaleza medieval se encuentra situada junto al mar, en la localidad de Mandelieu-la-Napoule.

La primera construcción del castillo data de 1387 y fue obra de los Condes de Villeneuve. A lo largo de los siglos, el château ha sido testigo de invasiones, saqueos, guerras y revoluciones, y ha sufrido numerosas transformaciones que han dejado huella en su estructura.

Mitad villa burguesa y mitad ruinas, el château fue adquirido en 1917 por la familia Clews, un matrimonio de ricos artistas estadounidenses. Los Clews restauraron el castillo y añadieron secciones en su propio estilo personal, prestando especial atención a los jardines que lo rodean.

Hoy en día, este château francés y sus jardines están catalogados como Monumentos Históricos. Además, los jardines están clasificados como ‘remarcables’ y albergan obras de artistas visuales, convirtiendo el lugar en un verdadero museo al aire libre.

Mandelieu-la-Napoule es una comuna en el departamento de Alpes-Maritimes, ubicada entre Cannes y Théoule-sur-Mer. Además del castillo, no te puedes perder Le San Peyre, una colina volcánica que domina el golfo de Napoule, el puerto y los paisajes que rodean el río Siagne. Este lugar ofrece vistas panorámicas impresionantes y es un excelente punto para explorar la belleza natural de la región.

El Château de la Napoule no solo es una joya arquitectónica, sino también un testimonio vivo de la historia y el arte, rodeado de un entorno natural que cautiva a todos sus visitantes.

Gassin

Gassin - French Riviera

Escápate al encantador pueblo de Gassin, ubicado cerca del popular destino de playa Saint Tropez. Este diminuto pueblo, encaramado en lo alto de una roca y a solo unos kilómetros del mar, ofrece unas vistas costeras impresionantes del Golfo de St. Tropez por un lado, y vistas montañosas por el otro. No es de extrañar que Gassin esté catalogado como uno de «Les Plus Beaux Villages de France», es decir, uno de los pueblos más bonitos de Francia.

Gassin se convirtió en un pueblo fortificado a finales del siglo XV. Entre sus monumentos más destacados se encuentran capillas de los siglos XI y XVI, un Ayuntamiento del siglo XVI, y un jardín botánico. Además, Gassin ostenta el récord de tener la calle más estrecha del mundo, con solo 29 centímetros en su punto más angosto.

Perderse por las pintorescas y serpenteantes calles peatonales de Gassin es un auténtico placer. Las casas antiguas, todas ellas adornadas con encantadoras flores, forman un caleidoscopio de bonitos colores pastel que embellecen cada rincón.

No dejes de recorrer la Promenade Dei Barri, un camino junto a la muralla del pueblo, donde se encuentran los restaurantes locales. Todos ellos cuentan con amplias terrazas al aire libre, diseñadas especialmente para disfrutar de las vistas panorámicas más increíbles.

Gassin es un lugar donde la historia, la arquitectura y la naturaleza se combinan para ofrecer una experiencia única y memorable.

Èze Village

Èze Village es un impresionante pueblo medieval ubicado a 425 metros sobre el nivel del mar, en lo alto de una colina entre Mónaco y Niza. Este pintoresco pueblo se desarrolla alrededor de las ruinas de un castillo del siglo XII y está repleto de antiguas fachadas, casas de piedra y estrechas callejuelas que parecen sacadas de un cuento de hadas.

Èze Village es uno de los lugares más encantadores de la Riviera Francesa, ideal para una excursión de un día desde Niza. Pasear por sus calles es como retroceder en el tiempo. A pesar de estar lleno de tiendas, cafés y restaurantes, el pueblo ha sabido conservar su encanto medieval, ofreciendo una experiencia auténtica y única.

Dentro de las ruinas del castillo se encuentra el Jardin Exotique, un jardín botánico que, aunque impresionante, queda eclipsado por las vistas espectaculares que ofrece. Èze Village es famoso en todo el mundo por sus vistas al mar, que son simplemente inigualables.

La Eglise Notre Dame de L’Assomption y su campanario son visibles desde cualquier rincón del pueblo. Aunque pequeña, esta iglesia destaca por la belleza de su simplicidad. En su interior, el arte trompe-l’oeil de estilo barroco añade un toque de elegancia y refinamiento.

Es importante no confundir Èze Village con su hermana, Èze-sur-Mer, situada junto al mar. Para llegar a Èze-sur-Mer, se puede hacer una caminata empinada de 2 km por el camino de Friedrich Nietzsche, que conecta ambos lugares.

La mejor época para visitar Èze Village es durante la primavera. En verano, el pequeño pueblo puede llenarse de turistas, lo que podría restarle parte de su tranquilidad y encanto.

Este lugar es un verdadero tesoro escondido en la Riviera Francesa, donde la historia, la naturaleza y la arquitectura se combinan para ofrecer una experiencia inolvidable.

The Rock of Roquebrune-sur-Argens

Le Rocher de Roquebrune es un destino ideal para los amantes de la naturaleza y la aventura, situado en el pequeño pueblo francés de Roquebrune-sur-Argens. Este imponente peñasco de arenisca roja se alza majestuoso entre dos de los grandes macizos de la Riviera Francesa: el Massif de l’Esterel y el Massif des Maures.

Con una altura de 372 metros, le Rocher de Roquebrune no alcanza la categoría de montaña, pero su altitud lo convierte en un lugar muy popular entre los senderistas. Existen múltiples rutas de senderismo que conducen a la cima, adaptadas a diferentes niveles de experiencia. Algunas rutas están dirigidas a excursionistas más experimentados e incluyen tramos donde es necesario ascender por las rocas usando cuerdas, mientras que otros senderos son menos exigentes, ideales para aquellos con menos experiencia. Por ejemplo, los no profesionales pueden disfrutar de la ruta que comienza en Le Muy, mientras que los más experimentados pueden preferir partir desde Roquebrune-sur-Argens.

Esta impresionante formación natural ofrece vistas panorámicas de 360 grados sobre la hermosa Riviera Francesa. Las vistas desde la cima, especialmente al amanecer o al atardecer, son simplemente indescriptibles. Sin embargo, las vistas espectaculares no se limitan solo a la cima. Desde la base, al mirar hacia arriba, el contraste de las rocas rojas con el cielo azul del sur de Francia y la exuberante vegetación verde crea una escena visualmente impactante. Es una vista perfecta en un lugar perfecto.

Le Rocher de Roquebrune es un lugar que captura la esencia de la Riviera Francesa, combinando la belleza natural con la emocionante experiencia del senderismo, ofreciendo a cada visitante una conexión profunda con la naturaleza.

Antibes

Antibes es un destino imprescindible en cualquier escapada a la Riviera Francesa, siendo uno de los mejores lugares para relajarse en Francia. Situada entre Niza y Cannes, Antibes es una de las favoritas entre los turistas por sus hermosas playas, su encantador Casco Antiguo, su mercado provincial y sus múltiples museos.

Antes de dirigirte a la playa, te recomiendo visitar el Bastion Saint-Jaume para contemplar la famosa escultura Le Nomade, creada por el artista catalán Jaume Plensa. Esta impresionante figura, compuesta por una intrincada red de números y letras, mira eternamente hacia el mar, creando una imagen impactante y reflexiva.

Después de admirar la escultura, relájate y disfruta de un baño en la Plage de la Gravette. Esta pequeña playa de arena, con forma de herradura, se encuentra a poca distancia del puerto y ofrece una vista espectacular, perfecta para desconectar y disfrutar del sol.

Antibes tiene una rica historia cultural, que incluye un castillo medieval fortificado en el Casco Antiguo, que solía ser la casa de vacaciones de la familia Grimaldi. Este castillo ahora alberga un museo dedicado a uno de sus residentes más famosos, Pablo Picasso, quien se inspiró profundamente en la belleza de Antibes.

Pero Picasso no fue el único artista cautivado por este lugar; Monet, F. Scott Fitzgerald, Charlie Chaplin y Marlene Dietrich también vivieron en la zona, contribuyendo al legado artístico y cultural de Antibes.

Antibes es un pequeño y mágico pueblo que no puedes dejar de visitar si estás explorando la Riviera Francesa. Su combinación de historia, cultura y belleza natural lo convierte en un lugar verdaderamente especial que promete dejar una impresión duradera en todos sus visitantes.

Plage des Sablettes (Menton)

La Plage des Sablettes en Menton es uno de los lugares imprescindibles en la Riviera Francesa. Menton, un encantador pueblo situado cerca de la frontera con Italia, a orillas del mar Mediterráneo, es un destino que no puedes dejar de visitar. Con su arquitectura pintoresca, ubicación ideal, magníficas playas y un clima perfecto, no es de extrañar que Menton sea conocida como la ‘Perla de Francia’.

Plage des Sablettes es la mejor playa de Menton y una de las más hermosas de la Riviera Francesa. Ubicada al este del Puerto Viejo, esta playa tranquila combina arena, guijarros y grava, ofreciendo un ambiente relajado y unas vistas espectaculares del Casco Antiguo. Desde la playa, puedes admirar los edificios pintados en tonos ocres, mientras disfrutas de un baño en el Mediterráneo o te relajas en la orilla.

Te recomiendo quedarte hasta el atardecer en esta zona. Dirígete al muelle Quai Impératrice Eugénie, en un costado de la Plage des Sablettes, para contemplar el sol poniéndose tras las colinas y ver cómo Menton se va iluminando progresivamente, preparándose para la noche.

Menton y su Plage des Sablettes capturan la esencia de la Riviera Francesa, ofreciendo una combinación perfecta de belleza natural y encanto histórico. Es un lugar que no debes perderte si quieres experimentar lo mejor que esta región tiene para ofrecer.

Port de Fontvieille in Monaco

Uno de los lugares más recomendados para visitar en la Riviera Francesa es el Port de Fontvieille en Mónaco. Este puerto se encuentra al sur del principado, en el distrito de Fontvieille, justo al lado de la Roca de Mónaco. Desde lo alto de la Roca, se puede disfrutar de una vista impresionante del puerto y del mar que lo rodea.

El Port de Fontvieille es un lugar hermoso con un origen muy interesante. El distrito de Fontvieille, donde se encuentra, fue construido sobre terreno ganado al mar hace unos 50 años, lo que añade un toque de modernidad a la historia de Mónaco. Además del puerto, Fontvieille alberga otras atracciones notables, como el Helipuerto de Mónaco, desde donde se pueden tomar helicópteros hacia el aeropuerto de Niza.

La belleza del Port de Fontvieille es una de las razones principales para visitarlo. Aquí se pueden ver numerosos barcos impresionantes, lo que añade un toque de lujo y exclusividad al lugar. Pero no solo el puerto hace que valga la pena visitar Mónaco. El principado en sí es un destino fascinante con playas estupendas, paisajes fotogénicos y, por supuesto, la posibilidad de visitar el famoso Casino de Monte Carlo.

Visitar el Port de Fontvieille en Mónaco es una experiencia que combina la elegancia moderna con la belleza natural, y es un lugar imprescindible para quienes exploran la Riviera Francesa.

Lérins Islands (Cannes)

Situadas frente a la ciudad de Cannes, las Islas Lérins están a solo un corto trayecto en barco. De las cuatro islas que conforman el archipiélago, solo dos están habitadas: Île Sainte-Marguerite e Île Saint-Honorat.

Île Saint-Honorat es famosa por el Monasterio de Lérins, fundado en el año 410. Este monasterio sigue siendo un lugar activo, con los monjes que se encargan del complejo y de los jardines circundantes, ofreciendo una atmósfera de paz y serenidad.

Por otro lado, Île Sainte-Marguerite es conocida por su pasado histórico, en particular por haber sido el lugar de encarcelamiento del Hombre de la Máscara de Hierro, quien estuvo prisionero en la fortaleza de la isla. La identidad del prisionero sigue siendo un misterio, y su historia fue popularizada por Alexandre Dumas en sus libros sobre D’Artagnan.

Los visitantes pueden llevar su almuerzo para disfrutar de las playas apartadas y el paisaje de las islas o comprar comida en los restaurantes y tiendas locales. Aunque es posible recorrer ambas islas en un par de horas, se recomienda pasar un día completo para disfrutar de un ritmo más relajado y absorber la tranquilidad del entorno.

Las Islas Lérins ofrecen una experiencia que combina historia, belleza natural y ambiente tranquilo, siendo una excursión encantadora para quienes buscan una escapada a un paraíso cercano.

Nice Castle

View of Nice and the Castle in 1691

Uno de los lugares más destacados que visitar en la Riviera Francesa es el castillo de Niza (Colline du Château), cuyas ruinas del siglo XI se alzan majestuosamente en una colina, a 92 metros sobre la ciudad. La vista panorámica de Niza desde la plataforma de observación es impresionante, y lo mejor es que puedes llegar a la cima tanto por la escalera como por un ascensor tallado en la roca.

En el siglo IV a.C., en el mismo lugar existía un asentamiento griego llamado Nikaia. El castillo fue construido allí porque la colina ofrece excelentes vistas defensivas sobre la Bahía de Niza. Alrededor de las murallas del castillo se desarrolló una comunidad, pero el castillo fue demolido en 1706 por el rey Luis XIV. La cascada artificial se construyó a finales del siglo XIX, con la plataforma de observación justo arriba. En la ladera de la colina hay dos cementerios – uno judío y otro católico romano, ambos con muchas tumbas de personajes célebres.

Subir a la Colina del Castillo es una de las principales actividades que hacer en Niza. La escalera y el ascensor (ascenseur) se encuentran en el mismo lugar en la Promenade des Anglais, y el acceso a ambos es gratuito.

Así que ahí lo tienes, nuestra lista de los mejores lugares para visitar en la Riviera Francesa, perfecta para tu próximo viaje al sur de Francia. ¿Qué lugares en la Riviera Francesa te interesan más?